Todo el mundo necesita una flor. Y más en estos tiempos que corren.
Este año tuve la suerte de ilustrar para Anaya el premio SGAE de teatro infantil, de los autores Rocío Bello y Javier Hernando Herráez.
Una historia sobre la gentrificación, la pérdida de identidad de los barrios y la necesidad de preservarlos.
Trabajar con un texto así es un placer, y hacerlo en bitono no deja de ser un reto para cualquier ilustrador.
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